Todo empezó en un pequeño pueblo de la España profunda. Por aquél entonces un joven apuesto llamado Julián, nacido en Herradón de Pinares (Ávila), se enamoró de una chica maravillosa, natural de Puerto Rico, llamada Rita. Se casaron el 28 de septiembre de 1919 en dicho pueblo.
Al año siguiente nació Ángel, su primer hijo y a partir de ahí, con una regularidad asombrosa, cada dos años, fueron naciendo el resto, hasta 9.
Y así, sin dar tregua al tiempo, empezaban a configurar la que sería la familia González, apodados los Veta.